lunes, 13 de julio de 2015

INÉS Y LA ALEGRÍA. ALMUDENA Y LA TRISTEZA.

INÉS Y LA ALEGRIA; ALMUDENA Y LA TRISTEZA. Escribe hoy en El País Almudena Grandes una columna teñida de pesimismo, quizá de tristeza sobre el futuro de este país y de su izquierda. http://elpais.com/elpais/2015/07/10/opinion/1436523630_128739.html No sé cómo se me ha venido a la memoria su espléndida novela “Inés y la alegría” Y no he podido por menos que establecer un paralelismo entre esta obra, sus personajes de ficción y la personalidad de su autora, protagonista de algún modo de este nuevo episodio nacional que estamos viviendo todos. Recordarán quienes hayan leído esta novela una escena-de importancia capital en la obra- en la cual el Capitán Galán, que manda una avanzadilla de guerrilleros que cruzan la frontera por el Valle de Arán, encuentra a un grupo de presos políticos antifranquistas trabajando como penados en aquellas carreteras de montaña. Los libera de sus guardianes y les anuncia que están libres, animándoles a la vez a que se unan a ellos para luchar contra Franco. Uno de los presos le pregunta al capitán si es verdad que están libres y cuando este les dice que sí, salen huyendo, no se sabe si asustados o hartos de tanta guerra. Aquella gran decepción que sufre el capitán Galán -el amante de Inés -le hace comprender que jamás se puede ganar una guerra que se ha perdido. Aquellos republicanos españoles acabarán volviendo a Francia y estableciéndose en Toulouse, en una tierra de nadie entre la nostalgia del pasado y la incertidumbre del futuro. Hoy yo he visto a Almudena Grandes convertida en Inés, viviendo lejos, en su Toulouse particular, rodeada de sus amigos escritores y músicos y sobre todo de su Capitán Galán-García Montero, ese capitán que se ofreció en las últimas elecciones como “el corazón de la izquierda” pero que fue desoído, ignorado, como en la escena de los Pirineos. Los nuevos personajes de la política española quieren sacudirse de un plumazo las viejas zamarras del maquis, de la resistencia, de la bandera tricolor. No se quieren parecer a aquellos viejos héroes. Querida Almudena, la realidad- tú lo sabes mejor que nadie- no se parece a la literatura. No sabe de trilogías ni de episodios nacionales. Funciona a golpes de necesidad. Los maquis de hoy: Tsipras, Varoufakis… son desarmados por la Troika junto al monte Olimpo. Los nuevos guerrilleros no se parecen a tu capitán Galán. No son tan guapos. Llevan coleta o gafa pasta y son más altivos, más inexpertos que aquellos maquis de los años cuarenta. No quieren saber nada de esa épica de la derrota, de los viejos símbolos , de los antiguos himnos que salen de los gramófonos. Ellos están aquí, y ahora. Son los nietos, los bisnietos de aquella guerra interminable que tú estás escribiendo y que nos emociona. Y es que Toulouse está muy lejos . Deja que Inés-Almudena, recupere la alegría.