viernes, 23 de febrero de 2018

VIEJOS


Me paras por la calle y me preguntas qué quienes somos que qué queremos. Venís dos chicas jóvenes a ver el Museo del Prado y os encontráis con esta concentración de gentes de cabello gris. Con esas parejas que hoy inusualmente van agarrados del brazo. Como cuando van juntos al médico o a votar.
Algunos se han comprado zapatillas deportivas para la ocasión. Para ir cómodos o por si hay que salir por piernas. Si apenas podemos andar, como para correr.
Me preguntas eso porque tú ,querida amiga, sólo ves viejos. No puedes ver, como yo, que detrás de esas canas, esas gafas, hay una mirada de rebeldía, de escepticismo, de haber visto muchos chaparrones y constatar que después siempre escampa.


Mira antes de que tú y tu amiga vayáis a ver a Velázquez y a Goya, os contaré que  algunos  de estos viejos de buen ver recorrieron estas calles hace  más de cuarenta años con un puñado de ilusiones en la cabeza y el bolsillo vacío. Que se tragaron el desencanto de la Transición y criaron a sus hijos, que
vieron como los partidos y sindicatos se diluían en una democracia aguada que dicen que siempre es mejor que una dictadura brillante.
Mira, hija,¿Ves esos hombres de barriga prominente que se abrazan dándose sonoras palmadas?
"¡Coño, no te has muerto! ¡No, que se jodan, que me tiene que seguir pagando la pensión!"
Son viejos compañeros de la fábrica. Se reencuentran aquí en esta concentración después de tantos años. Desde las huelgas de Getafe, cuando derribaron el Sindicato Vertical. Mira  ¿Ves esa mujer de pelo rojo ? Sí,es verdad, es guapa todavía.Quizá fue una líder estudiantil, o una obrera de Induico. Escuchad, mira como gritan  ¡Sí se puede! Aunque algunos  ya no pueden como no sea con un chute de Ventolín. Ahora corean eso de "El pueblo unido jamás será vencido". Pues sí, está bastante pasado de moda. Se trajo de Chile en los años setenta. Y desgraciadamente el pueblo unido  fue vencido y masacrado. Pero el eslogan se quedó en España.

¿Que si no conozco a nadie? No. Pero de algún modo los conozco a todos. Coincidieron conmigo en el cine, en  conciertos tomados por la lluvia y la policía, en los parques columpiando a los chicos, en los despachos de abogados, en la puerta de los colegios, y, por desgracia, cada vez más en los tanatorios.
Son una generación heterogénea. Algunos eran de izquierdas y acabaron votando al PP , otros cuanto más canas tienen más radicales se hacen. Son escandalosos, irónicos y no se callan ni debajo del agua. Quiero decir que no se callan ante la injusticia. Y no es solo porque esa injusticia se la hacen a ellos sino , y eso es lo que más les duele, se la van a hacer a sus hijos y a sus nietos. Y eso sí que no. Me cago en mi vida.-dice ese hombre que componen letra para el himno de España.
Bueno,os dejo, que llegáis tarde al Museo. Cuando volváis a vuestra casa contad que habéis podido comprobar aquí en Madrid, cerca del Prado,  que se puede perder el pelo, la tersura de la piel, pero nunca, nunca la dignidad.

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