viernes, 8 de enero de 2016

ROBO DEL CUADRO "EL ABRAZO "

El robo del cuadro del “Abrazo”de Juan Genovés. Los desinformativos de televisión nos hablan hoy de la colocación en el Congreso de Diputados de este cuadro como un símbolo de la reconciliación llevada a cabo en la llamada Transición democrática. Se trata de un expolio. De un nuevo expolio de nuestra memoria. Pero no lo tienen fácil. Así como la mayoría de nuestros abuelos ya han muerto y no pueden contar qué paso en la república, o en la postguerra, de esta época sí quedamos vivos, y muy vivos millones de personas que vivimos aquel tiempo que narra “El abrazo”. Tenemos muy presente aquel descampado de Carabanchel. Tenemos vivo nuestro recuerdo de aquellas carreras entre el barro , la lluvia y el miedo. Las gentes que allí se abrazaban eran los presos políticos salidos con cuentagotas de las cárceles, con sus familiares y amigos. El abrazo no simboliza ninguna reconciliación, sino un grito potente y agónico: ¡Amnistía y libertad ¡Amnistía total! Ese cuadro que se convirtió en cartel fue requisado y destruido por el franquismo. Su autor, Juan Genovés, encarcelado. ¿Es eso una reconciliación? La reedición del cuadro tuvo lugar con ocasión de la matanza vil de los abogados de Atocha a manos de pistoleros fascistas, con el silencio, si no colaboración de la policía política del régimen. ¿A eso se le puede llamar reconciliación? Ahora, los políticos hijos de aquel régimen se hacen fotos junto a él y nos dicen que el cuadro es una metáfora del abrazo entre los españoles. No: lo siento, no cuela. Nosotros estuvimos allí. Lo vimos y aún tenemos memoria. No estamos seniles, tenemos voz y suficiente orgullo para decir: ¡No nos robéis nuestro pasado! ¡Ya nos habéis robado bastante! Basta ya de hablarnos de una transición modélica hecha entre despachos y alcobas de palacio, de esa boba versión de democracia traída por un rey bisoño y unos políticos prestidigitadores. Si algún día dejaron de apretarnos el pescuezo fue por la tenacidad de cientos de miles de personas que no dormían tranquilas en sus casas, de miles de jóvenes que conocieron sótanos y celdas. Miles de familias que lloraban de angustia al ver a sus hijos, a sus padres detenidos por llevar en el bolsillo un arma tan peligrosa como un pasquín o un spray de pintura. Devolvednos nuestro cuadro, devolvednos nuestro pasado, no es vuestro. Dejadnos que nos abracemos en paz, echaros a un lado. Ahí viene el futuro y en ese cuadro, tampoco vais a salir vosotros. Para mayor información consulta AQUÍ

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