miércoles, 22 de agosto de 2018

¿No me conoces? y... 8 relato de verano.


-Mírate, Miguel en qué te has convertido. No , no me refiero a tu aspecto físico. Has cambiado más por dentro que por fuera. No crees en nada ni en nadie, ni en ti mismo. No conservas tus libros ni tus discos, ni una sola de tus convicciones. La perdiste a ella como perdiste a todos los demás.
-¿Y tú quién eres para decirme eso? ¡Tú no me conoces!
-Sí , sí te conozco.Tú eres el que no me conoces a mí.
El hombre joven saca de su mochila una fotografía antigua. En ella dos jóvenes sonríen a la cámara abrazados, a su espalda la ciudad y todo el futuro por delante.
Miguel la mira, es él mismo con Gloria hace tantos años.
-Mírate, Miguel, ahí tenías la mochila llena, una mochila parecida a  esta, llena de sueños.¿Recuerdas? Lo tenías todo cuando no tenías nada. Ahora ya está vacía, sólo te queda el miedo.

Miguel sigue mirando la fotografía, la sonrisa de ella, la sonrisa de él, su propia sonrisa, casi perfecta si no fuera por la pequeña mella de un diente de arriba.
 Mira la fotografía y mira al hombre joven alternativamente.
-Pobre Miguel, has cambiado tanto que, por mucho que me miras, no puedes reconocerte a ti mismo.
-¡No, no, esto es una estupidez! ¿Quién eres tú? Tú no puedes ser...
-Miguel,¿Qué has hecho con mi vida,con tu vida, con nuestra vida?


El camarero desde la puerta del bar mira a aquel hombre,cliente habitual, que hoy parece más viejo que nunca. Le ve ponerse de pie, gesticular, hablar solo,discutir con el aire.
-Caballero, ¿Está usted bien? ¿Necesita algo?


                                                                 


martes, 21 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (7)


El hombre joven ríe con una carcajada dura, cruel.
-Miguel, me decepcionas. Tú , un tipo tan duro, tan culto...¿ Un viejo profesor escribiendo el argumento de una novela sentimental vulgar?¿Piensas que soy un hijo que vuelve para reclamarte los derechos de su madre o algo así?
De nuevo ríe mostrando unos dientes blancos casi perfectos si no fuera por la pequeña mella de un diente de arriba.
Miguel suda, se pone las gafas, se las quieta. Bebe un sorbo de café frío y amargo. Demasiado amargo.
-¿Quién eres? ¿Qué quieres?
-Eres tú quien deberías decírmelo. Tú eres quien tiene que explicarme quien eres tú. En qué te has convertido. ¿Qué has hecho de lo que tenías?¿Dónde te lo has dejado, Miguel? Dímelo tú.
Miguel mira a su alrededor.Teme que alguien esté escuchando aquella conversación surrealista.
El camarero, afortunadamente está retirado y las mesas a su alrededor siguen vacías.
Quiere irse, dejar a aquel embaucador, aquel comediante de mierda. Pero ha visto algo que le ha hecho perder terreno, que le ha anticipado que esta pelea,esta vez,  seguro que la va a perder.



lunes, 20 de agosto de 2018

¿No me conoces ?Relato de verano (6)


-Pero... pero, este libro es mío, esta dedicatoria...
-Sí , fue hace casi cincuenta años. Pero este libro ya no te pertenece.
-¿De dónde lo has sacado?
-Tú lo abandonaste hace mucho tiempo, ya no es tuyo.
Miguel abre de nuevo el libro de pastas gastadas, mira la firma de la dedicatoria."Para Miguel,esperando que lo nuestro..." Aquella letra pequeña que el tiempo había deslucido ,era la letra de ella,sin duda. De aquella que fue tanto para él antes de no ser nada.
Miguel mira al joven hombre, un rostro cada vez más familiar, buscando en su cara alguna respuesta y no encuentra más que preguntas, dudas.
-Miguel, abandonaste este libro como la abandonaste a ella, como abandonaste tantas cosas en estos años...
-¡Pero , tú! ¿Tú qué sabes de mi vida? ¡Estoy harto de este juego estúpido! ¿A qué has venido? ¿Te crees que vas a jugar conmigo porque aparezcas con este libro? ¿Tú conociste a Gloria?
-¡Tanto como tú! La diferencia es que yo la quise y tú no.
Por primera vez Miguel ve perder pie, deslizarse por un terreno que no domina.  Siente la boca seca.
-¿Tú? ¿Tú eres su hijo?

domingo, 19 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (5)


-Está bien, acabemos con esto, tengo que irme.
-Disculpa, no he querido molestarte.Como te digo soy de este barrio como tú y te conozco desde siempre. Creí que tú me reconocerías a mí también.
El joven se quita las gafas y se las limpia con una servilleta.
-Mira,¿Recuerdas este libro?
Saca de su mochila "La Historia Interminable" de Michael Ende y la pone sobre la mesa.
-Es un libro infantil.
-Bueno, no tan infantil, yo lo leí con quince años.
-Sí, puede que yo también lo leyera a esa edad más o menos. Estuvo muy de moda. No pensé que los jóvenes leyerais esto todavía.
-Me gusta porque cuando lo lees parece que el narrador te está hablando a ti. El lector se siente concernido en esas páginas de otro color.
-Hicieron una versión infame para el cine.
-No sé , no la he visto. Toma,¿ quieres hojearlo?
El libro es una vieja edición muy manoseado. Lo toma  y al abrirse la tapa queda a la vista una dedicatoria "Para Miguel, esperando que lo nuestro también sea una historia interminable"

sábado, 18 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (4)




L&G era la tienda de discos donde  Miguel compró su primer elepé,aquel  de los Credence Clearwater Revival. Luego vinieron otros..
Miguel volvió a sentarse.
-Hace mucho que cerró esa tienda. ¿Tú llegaste a conocerla? Pareces demasiado joven.
El hombre joven lleva un bolso de tela basta tipo militar con un escudo hippie y una silueta del Ché.
-Vuelve a estar de moda lo vintage. Mi familia es del barrio de toda la vida, como tú.Esa tienda fue muy popular.
Empieza a hacer calor y Miguel quiere acabar con aquel encuentro no deseado que ya comienza a ser demasiado largo.
-Mira, en serio, ¿Miguel, me dijiste? Probablemente estuviste en mis clases pero no lo recuerdo, espero no haberte puesto ningún suspenso. Sería tarde para reclamarlo. Lo cierto es que la nostalgia no es lo mío. No te molestes pero el pasado no me interesa lo más mínimo. Espero que lo comprendas.Así que si me disculpas...
-Miguel, tú nunca fuiste mi profesor.

viernes, 17 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (3)





Miguel se endereza en la silla y nota que su pulso se acelera.¿Qué broma es esta? ¿De qué va todo esto?
-Vale, amigo, te llamas como yo; pero ¿De qué nos conocemos?
El joven sonríe, parece divertirse.
Miguel revisa su árbol genealógico, parientes, vecinos...
Pero Miguel es un hombre solitario, divorciado, sin hijos, sumido en la misantropía. De modo que todo esto le está agobiando.
De repente se le ocurre que tiene que tratarse de un exalumno. No es frecuente pero alguna vez se encuentra con alguno o alguna. Él los rehuye e imagina que ellos harán lo mismo. No va con él eso del viejo profesor entrañable. Por suerte ya se jubiló. No tendrá que volver más a esas jaulas de grillos donde nadie escucha, donde nadie estudia. Se quiere todo sin esfuerzo. Todo el mundo se cree con el derecho de ir a la universidad, así de gratis. Y todo por culpa de ese buenismo progre que ha convertido la educación en un bazar chino de todo a cien.
-Perdona, pero tengo que irme. Siento no haberte reconocido. Imagino que serás un antiguo alumno. Yo ya estoy jubilado...
Miguel recoge el periódico, guarda las gafas y se levanta. Duda si ofrecer su mano para despedirse.
-Aquí en esta plaza había una tienda de discos de L&G,¿Verdad? Le pregunta el joven.

jueves, 16 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano ( 2)



Quien le mira es un hombre joven,barba de hipster, gafas de pasta y un bolso en bandolera.
Miguel, por fin, le ve llegar. Baja el periódico y se le queda mirando. Piensa que viene a venderle algo, a pedirle que se haga socio de alguna puñetera ONG.
-¿No me conoces?
Miguel se quita las gafas de leer y observa  aquel rostro, puede que familiar, de un hombre joven, veintitantos.
-La verdad es que no caigo.

Una ráfaga de desconfianza le hace ponerse en guardia. Ya ha oído hablar de ciertos timadores que dicen ser un sobrino, un pariente del pueblo para sacarte dinero. Van a por los viejos tontos confiados que se dejan engañar por cualquiera.
-¿De verdad no me reconoces? Me llamo Miguel, como tú, somos tocayos.

miércoles, 15 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (1)




Miguel está leyendo el periódico como cada mañana. El café ya frío. La terraza del bar de su barrio, casi vacía como suele ocurrir en agosto.
"Otro centenar de refugiados llegan a la costa de Almería". Esto no hay quien lo pare: una nueva invasión, los nuevos almohades, bereberes. España, territorio comanche, llena de Cheyenes, arapahoes, quechuas y ahora llegan los nubios.-sonríe-
Con estos gobiernos débiles ,con estos visigodos herederos del conde Don Julián...
Miguel sigue pensando para si mismo, tan ensimismado que no repara en alguien que se ha acercado a su mesa.
Está allí delante , plantado frente a él y le sonríe.

sábado, 11 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias ...y 6. Playa de Peñarronda



Desde lo alto del barranco se ve el cabezón de un cíclope por cuyo único ojo entra el mar y los peces.Esa es la peña que da nombre a esta playa asturiana en la linde entre Galicia y Asturias.
Su arena fina y amarilla chorrea el agua de la bajamar.
Los surfistas se tiran a las olas sobre sus tablas, envueltos en espumas tragados por las aguas durante segundos.
En la orilla hay una molicie de gente echándose la siesta en la arena tibia.
Bañistas adormilados se dan de vez en cuando la vuelta para tostarse por ambos lados.
Algunos niños pequeños juegan mientras tanto en las charcas de agua suave y templada que la mar dejó. Niños y océanos pequeños.



Pasan las horas, las olas y las nubes en uno de los pocos días soleados que ha traído julio este año.
El monte cercano se asoma curioso a los acantilados para sacarse la niebla de encima.
El mar sigue huyendo dejando en la arena algas como ropa abandonada.
La playa se hace larga y rezumante.
Cuando caiga la tarde los bañistas  se irán marchando y quedarán las gaviotas y el mar inmenso.

viernes, 10 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias (5) Oviedo




Es Oviedo una ciudad de gente elegante que va y viene de compras por la calle Uría. En algunas cafeterías mujeres de cierta edad, bien peinadas y calzadas ,fuman con buen estilo y dejan desmadejarse el tiempo charlando y viendo pasar a la gente.
Los turistas, van, vamos a lo que vamos, deprisa ávidos de encontrar el casco antiguo para hacer fotos con el móvil a las viejas piedras de la universidad, la catedral...
Músicos callejeros le ponen banda sonora al paseo por la ciudad histórica.
El cielo plomizo de Vetusta hace juego con este viernes de julio que duda entre el bochorno y unas gotas blandas de lluvia sobre el ocre de las fachadas.

Entramos al museo de Bellas Artes de Asturias.  Buena elección. Un gran mural alegórico, a la entrada, representa el  idealizado mundo  rural asturiano que el tiempo y eso que llaman progreso se llevó: los mercados de verdura, las matronas pescadoras, los marineros barbudos de lustrosas pantorrillas y pantalón arremangado, los ganaderos que cierran su trato con un apretón de manos en presencia de los bueyes y al son de la gaita.



Buscando una historia de Asturias más cierta y verosímil, visito una sala de pintores de comienzos del siglo XX.


Allí encuentro varios cuadros que me muestran momentos de la historia pequeña y grande de esta
tierra: una huelga de obreros de la Compañía del Norte con rostros de hambre y desesperanza. Un demoledor cuadro titulado "La cuna vacía"  que muestra el desolador retrato de una familia que observa el vacío dejado en la habitación por el guaje muerto.




Otro óleo de gran dimensión muestra a los mineros saliendo del pozo, con su paraguas al hombro, las madreñas en los pies chapoteando en un suelo negro como su porvenir.
Son telas oscuras y bellas como los valles asturianos, profundos, hermosos y algo inhóspitos, con el carbón en sus entrañas, bajo el bosque en descomposición.





Al salir de nuevo a la calle, la gente se hace fotos con la Regenta. La dama de bronce, tan púdica ella, se deja ahora manosear por todos. Quizá la mayoría ignore exactamente quien fue esta señora de sombrero y encajes, pero  hoy es la más retratada de Oviedo.

Después de caminar, comer como corresponde en Asturias, es decir muy bien y demasiado es imprescindible, si eres un turista como es debido, subir al monte Naranco. Allá en el prado alto estas pequeñas joyas del arte prerrománico, soportan estoicamente  una nueva invasión: un ejército de visitantes que gritan y se fotografían en su balconada. Un niño golpea con el pie la puerta pues quiere entrar a toda costa al interior, lo que provoca la cólera del sufrido guía que anda explicando las características de este arte genuino y medieval.












Un nutrido grupo de familias que han subido a la campa a hacer picnic juegan un partido de fútbol frente al monumento. Menos mal que las ventanales  no tienen cristales, de lo contrario correrían el riesgo de sucumbir al  fútbol aquello que sobrevivió a almanzores y ejércitos napoleónicos.
Se queda uno mirando como un bobo a Oviedo que ,allá al este, flota entre la sempiterna niebla que emborrona las torres de la catedral y algunos feos y altos edificios modernos y calatraveños.
Compadeciéndose uno de la hermosa Santa María del Naranco por lo que tiene que aguantar la pobre, me marcho de Oviedo porque es tarde y no queda más remedio, con una fina lluvia purificadora.

jueves, 9 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias: Mirador del Monte (Tapia de Casariego)





Subes la carretera andando desde la Roda .
A la salida de una curva, un cementerio junto a los eucaliptos. Nichos de granito oscuro, enmohecido, sobre un cielo gris de llovizna.

La carretera sube sombría hasta allí, por donde subirán también a los muertos en triste cortejo.
Tierras de la Santa Compaña.

Arriba el mirador del El Monte se abre al mar: Tapia, Ribadeo, Burela, Foz...
Aguada de grises y verdes.

En el prado pastan vacas de piedra desperdigadas por la ladera.
Fugaz, un vuelo de gaviotas que se han perdido.
El monte se mete en el mar remangándose las faldas.



martes, 7 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias (3) Mondoñedo.


La larga noite de pedra aquí levantó una plaza con su catedral, su esquina con soportales y la escalinata que preside don Álvaro Cunqueiro. Allí, el inefable padre de las letras galegas,está sentado con la placidez que da el bronce, mirando condescendiente a los niños que chupan helados y a los peregrinos que llegan derrengados de tanto andar.

Esta ciudad de la Galicia profunda, de la Galicia genuina tiene rúas en cuña, portalones nobles con blasón, y es patria chica de grandes escritores, orondos obispos y buenos pasteleros que hacen maravillas con yema y almendra.
Saliendo de la plaza de la catedral, te encuentras una fuente de gran mérito y sigues caminando hacia el barrio de los Muiños, donde de un humilde regato sacaron sus gentes canales para hacer lavaderos.
En la puerta de cada casa se conserva la lancha de piedra inclinada sobre la que frotar la ropa, ahorrando a aquellas mujeres el bajar hasta el río.¡Ya era algo!



Afortunadamente se conserva esta intrincada red de canalillos porque a ningún ayuntamiento se le ha ocurrido taparlos para hacer aparcamientos o cualquier otra mamarrachada.
El agua corre por el barrio de piedra entre callejas y debajo de un puente también de piedra que posee una triste historia. La de una esposa que llegó a todo correr desde la Corte para traer el indulto de su marido, don Pero Pardo de Cela, señor de estas tierras, que iba a ser ejecutado.
Gente de mala entraña la entretuvo en este lugar y el pobre don Pero fue decapitado.
Con cierta retranca gallega se conoce a este puente como O Ponte do Pasatempo.




Suenan gaitas y tamboriles pues es hoy 25 de Julio, día del Patrón Santiago.
Allí entre las callejas se cuece pulpo y se asan churrascos.



En algunas placas de estas calles figuran los nombres de ilustres escritores de esta villa: Álvaro Cunqueiro, José días Jácome,M. Leiras Poulpeiro...Habrá quien piense que lloviendo como llueve aquí es lógico que a la gente le dé por escribir. Leiras Poulpeiro, en concreto, fue autor teatral y contaba que el argumento de sus obras lo sacaba de los que veía y escuchaba en la peluquería. Buen escenario para escribir comedias. Allí la gente ,con el paño bajo la barbilla y la navaja deslizándose por el gaznate ,habla con sinceridad y desparpajo.

"¡ Mi casa, mi huerto, mi quejigo, mis laureles,Párteme el alma dejaros pero no tengo más remedio!" La saudade gallega en cuatro versos.


Cuando uno sale de Mondoñedo, lo hace con la misma niebla que entró, diciendo adiós a los tejados y chimeneas de Galicia, al olor de las berzas cociéndose a fuego lento.
Allí quedan las piedras grises y el verde intenso de los montes. Lejano, el ladrido de algún perro resentido.

lunes, 6 de agosto de 2018

Entre Galicia y Asturias.(2) CUCHILLOS DE TARAMUNDI








En un valle hondo conde corre el agua entre castaños, te encuentras con este pueblín asturiano de nombre rotundo y sonoro.
Bajarían en otros tiempos por estos caminos de sombra, buhoneros, curas montados en mulos y peregrinos huyendo de si mismos.
Hoy llegan hasta aquí los visitantes buscando sus famosos cuchillos y navajas.
El acero pulido y golpeado se engasta en madera de boj o de olivo y forma una herramienta gustosa de empuñar, objeto familiar y cotidiano.

No es un cuchillo para asesinar a nadie. Es un cuchillo de cocina, de pelar patatas, de abrir tomates, de partir cebollas y pimientos. Cuchillos que ayudan a comer,  a mostrar los entresijos de las viandas, a sacar afuera sus jugos y los profundos aromas del ajo, del perejil o del queso de oveja.
Allá en el monte , el cuchillero ponía la piedra de afilar a dar vueltas, empleando para ello la fuerza del agua de estos ríos pequeños pero caudalosos. Esa corriente que bien encauzada mueve el martillo pilón.

Herreros venidos de Galicia, de Portugal o del País Vasco se establecieron aquí, en estos hondos valles asturianos, según dicen fabricando estos utensilios que pasan de generación en generación.
Así el nieto  sigue pelando hoy la naranja con la misma navaja que lo hizo su abuelo que ya no está el pobre para pelar nada.
Son estos valles de niebla y humo, el corazón de Asturias, junto al pulmón de Galicia, atravesado de arterias y venas intrincadas, las entrañas de este mundo antiguo y vegetal.

sábado, 4 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias. (1) SARGADELOS





El río Xunco, como todos los ríos de Galicia, arrastra aguas limpias y oscuras, entre la enramada de sauces y avellanos. Allí, bajo el puente de Sargadelos.
Al lado del puente hay una parada de autobús con marquesina de granito que nos
dice que aquí la lluvia no es cosa de broma. Aquí, cuando el paisano aguarda en coche de línea para ir al médico o al mercado, requiere de una fortificación como esta contra la intemperie.
Junto a la antigua fábrica de cerámica, aparecen abandonados los antiguos depósitos de cal y las panzas arrumbadas de los hornos. Allí mismo arranca un canal sacado del río por el que discurre lo que llaman Paseo dos namorados.
A la sombra de inmensos eucaliptos va esta bella vereda que frecuentarían jóvenes enamorados quizá enfermos de amor y tisis.





La actual fábrica de cerámica se alza junto al monte con su paredes renegridas de humedas y su planta circular tan original. Es esta factoría furo del esfuerzo de industrials y artistas : galleguistas ilustrados como Isaac Pardo o Luis Seoane, curtidos en el exilio.
Ya fue primero ensayada en Argentina y posteriormente aquí en este monte de Sargadelos.Vamos a visitarla por dentro. Nos permiten pasar entre las trabajadoras que desenmoldan, pintan y barnizan con este color azul tan característico.
Da cierto reparo inmiscuirse en la labor de estas artistas de pincelada vigorosa. Procurando no hacer ruido y no molestar va uno descubriendo un tesoro de tazas, cafeteras, salsera, platos, platillos, fuentes, soperas y todo tipo de piezas de vajilla que salen de sus manos cuidadosas en un proceso industrial-artesanal que parece ya casi un milagro que pueda seguir existiendo a la sombra del gigante asiático del millón de tiendas y bazares.
Me retrato junto a una estatua de Castelao, icono de esta factoría galleguista. Me gusta fotografiarme junto a estatuas de gente que admiro pues así sé que no les molesto y me trasmiten la tranquilidad del que ya le da todo lo mismo.
Hay reproducciones en cerámica de otros artistas como Rosalía, Valle Inclán, Seoane además de Castelao que luce sus gafas redondas y su pitillo. Todas estas figuras tienen ese aire estilizado, ese tacto suave del caolín y los barnices sometidos a las altas temperaturas de este arte neolítico.

Antes de irnos, tentándonos el bolsillo, compramos algún pequeño recuerdo pues después de lo visto, se comprende que no puede ser barato lo que cuesta tanto tiempo y esfuerzo.
Afuera hoy el día está soleado y canta algún jilguero entre los carballos.
Pues no es mala manera de marcharse.