-Mira aquí estoy yo con mi Angelito, en la maternidad de O'Odonell.
Tenía yo veintiséis años. En cuantito que me quedé embarazada me despedí de la fábrica de bombillas para criar a mi hijo.
Angelita,setenta y dos años. Ella no sabe qué es eso de la jubilación. Su vida ha sido un río continuo sin parar. Sólo hubo tres saltos: su boda en los setenta, el nacimento de sus hijos unos años después y la muerte de su marido, el Juanfran, hace un par de años.
-Mira, aquí estamos en el club Consulado bailando, mi Juanfran y yo.
En la foto él la toma de la cintura con una mano y en la otra sujeta su mano y un cigarrillo.
Angelita, veinte años: melena larga y falda corta, sombra de ojos y rimmel. Sus ojos, color avellana siguen ahí,dando que hablar. El tiempo consiguió llevarse el lustre de la piel,algún diente y a cambio dejó esas arrugas sobre los labios. "El código de barras" lo llama ella.
Pero cuando Angelita 72 se arregla, se pone las medias y se calza las botas de tacón , y se va a la calle, el país empieza a funcionar.
Se anima el mercado, gritan los pescaderos y las calles del barrio se llenan de Angelitas que vienen y van con prisas y con bolsas.
La cafetería huele a tostadas y a café. El guirigay sube de tono aquí y en la peluquería.
-Mira, yo me dejo mi comida hecha nada más que a falta de echarle una patatita y me voy a la calle. Si se cae la casa, a mi no me pilla. El mes que viene nos vamos a Benidorm.
Rebusca en un bolso viejo entre montones de fotografías sin ordenar. Me enseña una en la playa de San Juan ,en Alicante.
Está sentada, seria, como posando con un bañador estampado. Es joven y bonita.Entonces el tiempo era lento.
-¡Pobre Juanfran, con lo que le gustaba a él ir a ver el mar y leerse el periódico tomando una cerveza!Toda la vida trabajando. Era fresador y no tenía mal sueldo.Pero no disfrutó casi nada de la jubilación. Cuando murió vinieron muchos compañeros al entierro. Le querían mucho , fue enlace sindical o no se qué. Era un buen hombre.
En fin...lo que hubo que llorar se lloró. La vida sigue. Ya me lo decía él al final.: "Gelita, que el tren sigue su camino, yo me bajo aquí, pero tú sigue"
Lo que más le gustaba era escuchar música. Los domingos se ponía el radiocasete y escuchaba a Tom Jones, Nino Bravo,Paul Anka, Víctor Manuel, los Brincos, también flamenco.Y era feliz.
-Estoy apuntada a eso del ayuntamiento para bailar sevillanas.
Me gusta, la mayoría somos mujeres. Y tenemos unos trajes bien bonitos. Luego vamos a bailar a muchos sitios que nos invitan.Por la parte de Toledo y también en Guadalajara.
Se pone de pie y mueve las muñecas con la mano abierta,muy flamenca.
Se ríe y a través de la ventana de la cocina entra el sol que siempre sale para todos, también para Angelita 72.
No hay comentarios:
Publicar un comentario