Maribel está preparando el puré de su nieto. Una patatita,
un puerro, zanahoria, un chorrito de aceite, una pechuguita de pollo…
Maribel hoy tiene en casa al hijo de su hijo. Es una abuela
joven porque fue también una madre joven. Tiene el pelo corto, un rostro alegre
y una pulsera en el tobillo.
A Maribel le encanta ser abuela pero también muchas más
cosas. Escribe relatos de misterio, practica natación dos veces en semana y le gusta
ir de viaje en tren.
Por eso sus hijos saben que pueden contar con ella siempre
que la necesiten a condición de que entiendan que el tiempo de dedicarse full time a los niños ya pasó para ella.
Ya no quiere ser madre otra vez.
“Yo tengo mucho repertorio todavía” dice a sus amigas de
tertulia literaria. Sus recién cumplidos sesenta años no pueden esconder la
belleza de su mirada, la ligereza de sus pies.
Dice Bob Dylan que si mantienes tus manos siempre activas y
tus pies siempre ligeros, entonces tú podrás permanecer siempre joven. “For
ever Young”
Hombre for ever, for ever, es mucho decir, pero sí es verdad
que le queda un buen trecho para
sentirse viva, para sentir que cada día
,al levantarse, hay razones para arreglarse y ponerse guapa, guapa para una
misma, que es para quien hay que ponerse guapa.
Maribel rebaña el plato del puré y goza viendo a su nieto
con los morretes manchados pidiendo más. La sangre, la vida se renueva, pero
cada uno debemos vivir la nuestra. Sin renuncias. Ya se encargará el tiempo de
limitarnos. Pero ahora de momento, Maribel se mira al espejo y se dice: ¡Chica,
qué bien te veo!
Nota: en nuestro barrio hay muchas Maribeles, ponedle vosotras mismo el nombre-
Nota: en nuestro barrio hay muchas Maribeles, ponedle vosotras mismo el nombre-
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