viernes, 17 de agosto de 2018

¿No me conoces? Relato de verano (3)





Miguel se endereza en la silla y nota que su pulso se acelera.¿Qué broma es esta? ¿De qué va todo esto?
-Vale, amigo, te llamas como yo; pero ¿De qué nos conocemos?
El joven sonríe, parece divertirse.
Miguel revisa su árbol genealógico, parientes, vecinos...
Pero Miguel es un hombre solitario, divorciado, sin hijos, sumido en la misantropía. De modo que todo esto le está agobiando.
De repente se le ocurre que tiene que tratarse de un exalumno. No es frecuente pero alguna vez se encuentra con alguno o alguna. Él los rehuye e imagina que ellos harán lo mismo. No va con él eso del viejo profesor entrañable. Por suerte ya se jubiló. No tendrá que volver más a esas jaulas de grillos donde nadie escucha, donde nadie estudia. Se quiere todo sin esfuerzo. Todo el mundo se cree con el derecho de ir a la universidad, así de gratis. Y todo por culpa de ese buenismo progre que ha convertido la educación en un bazar chino de todo a cien.
-Perdona, pero tengo que irme. Siento no haberte reconocido. Imagino que serás un antiguo alumno. Yo ya estoy jubilado...
Miguel recoge el periódico, guarda las gafas y se levanta. Duda si ofrecer su mano para despedirse.
-Aquí en esta plaza había una tienda de discos de L&G,¿Verdad? Le pregunta el joven.

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