lunes, 6 de agosto de 2018

Entre Galicia y Asturias.(2) CUCHILLOS DE TARAMUNDI








En un valle hondo conde corre el agua entre castaños, te encuentras con este pueblín asturiano de nombre rotundo y sonoro.
Bajarían en otros tiempos por estos caminos de sombra, buhoneros, curas montados en mulos y peregrinos huyendo de si mismos.
Hoy llegan hasta aquí los visitantes buscando sus famosos cuchillos y navajas.
El acero pulido y golpeado se engasta en madera de boj o de olivo y forma una herramienta gustosa de empuñar, objeto familiar y cotidiano.

No es un cuchillo para asesinar a nadie. Es un cuchillo de cocina, de pelar patatas, de abrir tomates, de partir cebollas y pimientos. Cuchillos que ayudan a comer,  a mostrar los entresijos de las viandas, a sacar afuera sus jugos y los profundos aromas del ajo, del perejil o del queso de oveja.
Allá en el monte , el cuchillero ponía la piedra de afilar a dar vueltas, empleando para ello la fuerza del agua de estos ríos pequeños pero caudalosos. Esa corriente que bien encauzada mueve el martillo pilón.

Herreros venidos de Galicia, de Portugal o del País Vasco se establecieron aquí, en estos hondos valles asturianos, según dicen fabricando estos utensilios que pasan de generación en generación.
Así el nieto  sigue pelando hoy la naranja con la misma navaja que lo hizo su abuelo que ya no está el pobre para pelar nada.
Son estos valles de niebla y humo, el corazón de Asturias, junto al pulmón de Galicia, atravesado de arterias y venas intrincadas, las entrañas de este mundo antiguo y vegetal.

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