sábado, 4 de agosto de 2018

Seis rincones entre Galicia y Asturias. (1) SARGADELOS





El río Xunco, como todos los ríos de Galicia, arrastra aguas limpias y oscuras, entre la enramada de sauces y avellanos. Allí, bajo el puente de Sargadelos.
Al lado del puente hay una parada de autobús con marquesina de granito que nos
dice que aquí la lluvia no es cosa de broma. Aquí, cuando el paisano aguarda en coche de línea para ir al médico o al mercado, requiere de una fortificación como esta contra la intemperie.
Junto a la antigua fábrica de cerámica, aparecen abandonados los antiguos depósitos de cal y las panzas arrumbadas de los hornos. Allí mismo arranca un canal sacado del río por el que discurre lo que llaman Paseo dos namorados.
A la sombra de inmensos eucaliptos va esta bella vereda que frecuentarían jóvenes enamorados quizá enfermos de amor y tisis.





La actual fábrica de cerámica se alza junto al monte con su paredes renegridas de humedas y su planta circular tan original. Es esta factoría furo del esfuerzo de industrials y artistas : galleguistas ilustrados como Isaac Pardo o Luis Seoane, curtidos en el exilio.
Ya fue primero ensayada en Argentina y posteriormente aquí en este monte de Sargadelos.Vamos a visitarla por dentro. Nos permiten pasar entre las trabajadoras que desenmoldan, pintan y barnizan con este color azul tan característico.
Da cierto reparo inmiscuirse en la labor de estas artistas de pincelada vigorosa. Procurando no hacer ruido y no molestar va uno descubriendo un tesoro de tazas, cafeteras, salsera, platos, platillos, fuentes, soperas y todo tipo de piezas de vajilla que salen de sus manos cuidadosas en un proceso industrial-artesanal que parece ya casi un milagro que pueda seguir existiendo a la sombra del gigante asiático del millón de tiendas y bazares.
Me retrato junto a una estatua de Castelao, icono de esta factoría galleguista. Me gusta fotografiarme junto a estatuas de gente que admiro pues así sé que no les molesto y me trasmiten la tranquilidad del que ya le da todo lo mismo.
Hay reproducciones en cerámica de otros artistas como Rosalía, Valle Inclán, Seoane además de Castelao que luce sus gafas redondas y su pitillo. Todas estas figuras tienen ese aire estilizado, ese tacto suave del caolín y los barnices sometidos a las altas temperaturas de este arte neolítico.

Antes de irnos, tentándonos el bolsillo, compramos algún pequeño recuerdo pues después de lo visto, se comprende que no puede ser barato lo que cuesta tanto tiempo y esfuerzo.
Afuera hoy el día está soleado y canta algún jilguero entre los carballos.
Pues no es mala manera de marcharse.


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